El bombo de quintos fue, durante mucho tiempo, un objeto determinante en la vida de los jóvenes en edad de prestar servicio militar, una lotería que marcaría el destino de los elegidos. El que mostramos procede de Ceuta y data de 1887. En su interior podemos observar las bolas con las que se procedía al sorteo. Los números extraídos del bombo determinarían qué jóvenes debían alistarse y a qué lugares se les iba a destinar. El sistema de los “quintos” fue adoptado en España a principios del siglo XVIII, con la llegada de los borbones. Copiaba el modelo francés de reclutamiento, basado en las “quintas”, que se denominaban así porque se escogía para el servicio a una quinta parte de los mozos en edad militar mediante sorteo. Desde entonces, y aunque los porcentajes y las edades de los elegidos fueran variando, el nombre de los “quintos” ha permanecido hasta nuestros días.